8/22/2007

Amor o vocación

Acá Barbra Streisand hace la personificación exacta de Lisa Simpson: ferviente defensora de los derechos civiles, con pancarta en mano camina por las calles de la universidad para encender los ánimos en contra de la guerra. Hasta que, por esos vericuetos del destino, se enamora de un muchacho amante de los deportes y la vida fácil.
La Streisand y Robert Redford conformaron ese estilo de pareja tan en boga por esos años de la lucha fría. La niña ingenua que pasa los días con una razón para vivir, y el “chico bien” para quien no tiene mayor sentido complicarse la existencia con cuestiones que, a su parecer, escapan de su control. Hasta que esta desaprensión afecta sus propios intereses.
A pesar de sus claras desavenencias, ellos intentan llevar una vida normal. Se van a vivir a la playa en un lapso de tranquilidad que les da tiempo de tener un hijo y él de darse el lujo de escribir el libreto de una película. Pero las circunstancias laborales los llevan a defender ideales que creían superados. Es la época de la caza de brujas de los comunistas en el cine, cuestión que llevará al despeñadero esta relación que seguía la huella de “Love history” o “Endless love”.
Más de alguno de los que vieron o verán este film de Sydney Pollack, “Tal como éramos”, se sentirán atraídos por la personalidad de Katie Morosky, bostezando en reuniones banales que la llevarán a enfrentarse con rabia ante la frustrante pasividad de los norteamericanos. Otros, en tanto, se ceñirán a Hubbel Gardner, con esa filosofía de quien no tiene nada que perder.
Es cierto, ninguna de las dos ideas fuerza (la relación sentimental y el ideal político) son tratadas de forma tal que despierte el sentimiento o el apego por un ideal. Y es que desde un comienzo la trama se torna complicada, pues uno de los dos estilos deberá imperar. Gabriel García Márquez lo decía: el único motivo que puede derribar al amor es la vocación, erradicando el contrapeso familiar seguido hasta el cansancio desde “Romeo y Julieta”.
Usted tendrá que ver el final de este film, que lleva la voz deliciosa de la Streisand, razón por la cual ganó un Oscar en 1973, y que sirvió para que la neurótica Carrie Bradshaw de “Sexo en la ciudad” semejara igual cierre en uno de los capítulos más entretenidos de la serial.

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