9/30/2004

De machucas y zanahorias

Quizás para las nuevas generaciones el film Machuca, de Andrés Wood, recrea un Chile de a finales de los convulsionados años 70 sin diferenciarse demasiado de lo que presenta la sociedad chilena actual. Salvo, el nivel de discusión social que llevó al extremo de matar, traicionar y reprimir las relaciones humanas.
La discusión política de esos años fue el pretexto para sacar a relucir una sed de violencia que siempre hemos tenido y que los más románticos se encargan de disfrazar como una “pérdida de inocencia”. Una falta de empatía y comunicación que comienza desde la más tierna infancia.
Gonzalo Infante (Matías Quer) nos introduce desde su mirada en el sórdido mundo de un colegio privado de Santiago dirigido por el padre Mc Enroe (Ernesto Malbrán), quien se encarga de “sociabilizar” la enseñanza incorporando a un grupo de jóvenes de escasos recursos. Como muchacho sensible ante las injusticias, Gonzalo comienza a entablar amistad con Pedro Machuca (Ariel Mateluna), sin saber que esta relación estaba marcada por los acontecimientos de una difícil época de la historia de Chile.
Gonzalo se deja seducir por el mundo de los campamentos, del juego de las protestas callejeras, del buen humor y por Silvana (Manuela Martelli), una joven de barrio por quien empieza a sentir una atracción idílica.
El film nos pasea por un Chile de antaño alcanzando una exquisita puesta en escena, con ambientaciones propias de los sesenta. Las actuaciones sobresalientes de Aline Küppenheim y Ernesto Malbrán ofrecen un cuadro de insinuaciones y franquezas, de ternura y crueldad. Como no recordar las caricias que María Luisa (Aline) entrega a su hijo Gonzalo en contraposición a los golpes e insultos que caen sobre la pequeña Silvana en una de las marchas.
Los diálogos parecen tener ciertas imprecisiones. Pregunté a mi madre si en esa época acostumbraban a decir “cachai” o “pendejo”, y tal parece que el film debió cuidar un poco más los neologismos que empleaba la juventud sesentera.
Las ambientaciones exteriores con la escasez de diálogos a ratos parecen transitar en un documental, volviéndose la trama un tanto tediosa. Para ello hubiera sido mejor utilizar la voz en off de Machuca. A todo esto no sé por qué le pusieron Machuca, cuando debería llamarse algo parecido a “cabeza de zanahoria”, sobrenombre que aparece en el film para señalar a Gonzalo, verdadero protagonista de toda la historia.Aún así, el film nos ofrece la visión certera de una sociedad fragmentada que aún busca los por qué de tantas heridas sin cicatrizar.

9/23/2004

Batalla contra el sueño

Judi Dench es una actriz inglesa de vasta experiencia en teatro hasta que llegó a la pantalla grande en films como Shakespeare Enamorado o Chocolate. Sobresaliendo en todas ellas, logró un Oscar por su actuación en la primera de estas películas. Valga la pena nombrar a esta portentosa figura por lo curioso que resulta verla en un film de dudosa calidad como La Batalla de Riddick, dirigida por David Twohy.
Dench encarna a Aereon, la etérea habitante de la raza elemental quien verá cumplirse una a una las profesías del universo. Son momentos de tensión donde la raza de los necrotratantes van sometiendo a los planetas en una loca carrera por llegar a un incierto paraíso llamado “inframundo”. Pero que, según los vaticinios, sólo un furiano podría echar por tierra esas ambiciosas pretensiones.
Riddick (Vin Diesel) parece ser el último especimen de furianos soberbios que después de cinco años de cárcel logra escapar con el objeto de vengarse de quienes lo acusaron, sin conocerse los motivos de su condena. El encierro lo lleva a adquirir la capacidad de ver en la oscuridad. En esta solitaria cruzada, el fugitivo cambia de planes para ir tras el rescate de una antigua amiga (¿o amante?) encarcelada en Crematoria, un planeta donde el amanecer puede llegar a registrar más de 700 grados.
El Mariscal, líder de los necrotratantes, una vez que somete al planeta Helion 1, se empeña en atrapar a Riddick a fin de acabar con el destino aciago que amenaza el futuro de su raza: una progenie de vasallos donde la intriga y la traición se conjugan con la lealtad a la máxima de apoderarse de lo que uno mata. Por ello cuesta creer que en la última lucha Vaako (Thandie Newton) ceda tan fácilmente la supremacía al trono a una raza de guerreros enemigos.
Todo está encaminado para exhibir un gran despliegue de efectos especiales y exceso de anabólicos en planetas que parecen adquirir una personalidad y un desarrollo de mayor peso que la mayoría de los personajes cuasi humanos allí bosquejados. No hay claridad de los motivos que mueven a Kyra (Alexa Dávalos) a odiar primero y luego aceptar la compañía de Riddick, ni siquiera con la utilización de raccontos. Incluso cuesta creer que el antihéroe logre sobreponerse a ese abrasador amanecer con tan sólo rociar su cuerpo con una botella de agua mineral.Vuelvo a la figura siempre sólida de la “elemental”, como si Dench hubiera saldado las ganas de aparecer en algún film de Peter Jackson con algo tan precario. Entre cabeceos fue lo único que en breves momentos logró sacarme de una espantosa modorra.

9/17/2004

Al estilo mexicano

Acostumbrado a destacar en el cine independiente y menos comercial, a Alfonso Cuarón, director mexicano de Y Tu Mamá También, le fue encomendada la realización de la tercera versión en cine de Harry Potter, asumiendo la difícil tarea de continuar con los mismos actores que dejaron hace poco la niñez.
Difícil porque, a diferencias de sus predecesoras, en Harry Potter y el Prisionero de Azkabán, los tres protagonistas adoptaron un rol más rebelde que caracteriza el inicio de la adolescencia, reemplazando la vestimenta formal que utiliza la mayor parte de los colegios ingleses por los blue jeans y polerones.
Cuarón logra encantar por la cantidad de detalles expuestos como es el hecho de aparecer él mismo en uno de las pinturas vivientes de Hogwarts, o la introducción de figuras propias de la cultura azteca. Pormenores que parecen jugar en un film donde la competencia en escobas voladoras aparece sólo una vez, a fin de destacar la razón de ser de Potter: despejar la nebulosa intriga que rodea la muerte de sus padres.
En medio de impecables paisajes góticos, semejantes a los utilizados por Tim Burton en sus realizaciones, despuntan personajes de gran acierto como Buckbeak, animal mezcla de pájaro y caballo, o los tenebrosos Dementores que son los guardianes de la cárcel de Azkabán y que merodean en las cercanías de Howgarts para atrapar a Sirious Black, personaje que acercará a Potter aún más a su triste pasado.
La historia comienza con Potter de vacaciones en la casa de sus insoportables tíos, quebrantando la regla de no utilizar la magia en el mundo real. Esto lo llevará a refugiarse en el pub del Caldero Chorreante, sin percatarse del peligro que lo acecha con la escapatoria de Black.
La idea del niño huérfano en busca de su identidad no es una idea privativa de la cuentista británica J.K.Rowling, creadora de Potter. Charles Dickens aprovechó esta misma trama para crear emblemáticas novelas llevadas a la gran pantalla como Oliver Twist o David Copperfield. Héctor Malot, autor de Sin Familia, fue el precursor de la serie animada japonesa Remi que llegó a nuestra televisión al finalizar los 70.Tratándose de un film digerido en su mayoría por el público infantil, convendría contextualizar esta obra en el marco de una sociedad cristiana ya que, en círculos donde los valores suelen ser débiles, las sectas dedicadas al ocultismo suelen ir en aumento. En lo que respecta a la sana entretención, Cuarón ha puesto la vara alta para el inglés Mike Newell, quien será el responsable de dirigir la próxima versión de este cuento donde un gato negro o el simple hecho de pasar por debajo de una escalera pueden variar el destino.

9/10/2004

Impunidad sueca

Resulta raro que en una de las naciones más perfectas del mundo ocurran crímenes que queden en la más completa impunidad. El Último Contrato, del director Kjell Sundvall, retrata el crimen del ex Primer Ministro de Suecia Olof Palme, acaecido el 28 de febrero de 1986, con algunas imprecisiones.
Suecia es una nación con la tasa de homicidios más bajas de todo el planeta. Con casi nueve millones de habitantes, ocurren sólo 167 homicidios al año. En tanto que el nivel de participación en las elecciones democráticas supera el 85 por ciento. Estas dos facetas brillantes de esa nación servirán para bosquejar un film de altas pretensiones.
El agente Roger Nyman (Mikael Persbrandt), comprometido con su labor de investigar y develar la intriga que esconde un asesino conocido como “el artesano”, y que luego utiliza el falso nombre del periodista John Andrew Goles, está a punto de lograr desentrañar una red de terrorismo internacional cuando deciden marginarlo del caso. Esto despierta su obsesión por continuar con las pesquizas, situación que comienza a afectar su vida familiar.
El hecho verídico jamás fue resuelto y, de no encontrar culpables, la justicia sueca prescribirá el crimen en el 2011. Sundvall se arriesga en adoptar la tesis de un complot internacional en contra de un ministro que, en plena Guerra Fría, se demuestra en defensa de la OLP, en contra de la Guerra de Viet Nam y en pro del desarme nuclear de todo el eje escandinavo.
Sin embargo, para el público desconocedor de esta emblemática figura europea, resulta imprescindible involucrarse sentimentalmente con el ministro, quedando sólo la sensación de un político demagogo. Todo se resume a una persecución policíaca al estilo norteamericano pero con paisajes algo más fríos, tan gélidos como las escenas de amor y una pobreza de témpano con departamentos amueblados, que no es la nuestra.
Los raccontos están mal utilizados, destacándose la actuación de Michael Kitchen (el asesino). Habría sido más oportuno resaltar la figura del ex Premier en una trama donde la duda por conocer la verdad siguiera penando en las mentes de los espectadores.Suecia vivió un caso similar el 11 de septiembre del 2003, con el asesinato de la ministra de Relaciones Exteriores Anna Lindhl, mientras compraba en una tienda de Estocolmo. Palme fue asesinado a mansalva al salir de un cine. Nuestro continente parece haber instaurado este tipo de tropelías en su folclor, por ello faltó una buena cuota de pasión en un film que se mueve con acierto en la radicalización de la violencia innecesaria.

9/03/2004

Convertido ya en un personaje que hará historia en la animación, desde que hace diez años Hormiguitaz debutara en estas lides, Shrek II llega nuevamente a las pantallas de los cines con el decoro que impone su nueva vida de casado.
De regreso de su luna de miel, es hora que Shrek conozca a sus suegros: los reyes del Lugar Muy Lejano apareciendo en escena una cizañera Hada Madrina y su hijo, el Príncipe Encantador, quien estaba destinado en sus orígenes a desposar a Fiona. En su intento por revertir el destino de su hija, el rey Harold pactará con la hada a fin de eliminar a su yerno.
Feo como ninguno, Shrek demuestra que la belleza física no es requisito esencial para asegurar la felicidad. Mientras que todo el film es una apología a un síntoma de cansancio que muestra el mundo y dice relación con la deslumbrante vida que muestra la gran ciudad, en desmedro de la simpleza que reviste un pasar menos rimbombante en una humilde choza ubicada en medio de un pantano y con amigos realmente leales. La misma disyuntiva (pueblo/ciudad) se muestra con todo su brillo en El Señor de los Anillos, como indicios claros del desgaste de todo lo que huela a artificial.
El mismo Príncipe Encantador es el típico metrosexual moderno que usa lápiz labial en la fiesta que ofrece la realeza al pueblo. Este afán de desmitificar ídolos llevó a Dreamworks encontrar tantos adeptos, ridiculizando los cuentos de hadas edulcorados por la fórmula Disney. Sin embargo, esta segunda parte saca menos sonrisas que la primera, debido a diálogos menos hilarantes y con Fiona despojada de todo su encanto atrevido consintiendo en todo lo que ordenan padres y marido.
Hay pasajes memorables, como cuando la pareja llega al reino atravesando una avenida semejante a Beverly Hills, donde se encuentran las mansiones de luminarias como Cenicienta o Blancanieves. O como cuando, consciente de la escena más dramática de toda la película, el Gato con Botas se advierte a si mismo que no llorará.Lo interesante de la trama es develar la belleza que existe en la fealdad de los estereotipos de la vida moderna. El director español Pedro Almodóvar utiliza en sus producciones este recurso con personajes encarnados en actrices físicamente imperfectas como Rossie de Palma. Con Shrek II nos acercamos a un cuento aceptable, pero desprovisto del encanto sorpresivo que nos trajo en un comienzo. Tal vez el mayor acierto se halla en los temas musicales tomados del pop de los ochenta. Esperemos que este tipo de animaciones, aún en pañales, entregue trabajos más acabados.