9/17/2004

Al estilo mexicano

Acostumbrado a destacar en el cine independiente y menos comercial, a Alfonso Cuarón, director mexicano de Y Tu Mamá También, le fue encomendada la realización de la tercera versión en cine de Harry Potter, asumiendo la difícil tarea de continuar con los mismos actores que dejaron hace poco la niñez.
Difícil porque, a diferencias de sus predecesoras, en Harry Potter y el Prisionero de Azkabán, los tres protagonistas adoptaron un rol más rebelde que caracteriza el inicio de la adolescencia, reemplazando la vestimenta formal que utiliza la mayor parte de los colegios ingleses por los blue jeans y polerones.
Cuarón logra encantar por la cantidad de detalles expuestos como es el hecho de aparecer él mismo en uno de las pinturas vivientes de Hogwarts, o la introducción de figuras propias de la cultura azteca. Pormenores que parecen jugar en un film donde la competencia en escobas voladoras aparece sólo una vez, a fin de destacar la razón de ser de Potter: despejar la nebulosa intriga que rodea la muerte de sus padres.
En medio de impecables paisajes góticos, semejantes a los utilizados por Tim Burton en sus realizaciones, despuntan personajes de gran acierto como Buckbeak, animal mezcla de pájaro y caballo, o los tenebrosos Dementores que son los guardianes de la cárcel de Azkabán y que merodean en las cercanías de Howgarts para atrapar a Sirious Black, personaje que acercará a Potter aún más a su triste pasado.
La historia comienza con Potter de vacaciones en la casa de sus insoportables tíos, quebrantando la regla de no utilizar la magia en el mundo real. Esto lo llevará a refugiarse en el pub del Caldero Chorreante, sin percatarse del peligro que lo acecha con la escapatoria de Black.
La idea del niño huérfano en busca de su identidad no es una idea privativa de la cuentista británica J.K.Rowling, creadora de Potter. Charles Dickens aprovechó esta misma trama para crear emblemáticas novelas llevadas a la gran pantalla como Oliver Twist o David Copperfield. Héctor Malot, autor de Sin Familia, fue el precursor de la serie animada japonesa Remi que llegó a nuestra televisión al finalizar los 70.Tratándose de un film digerido en su mayoría por el público infantil, convendría contextualizar esta obra en el marco de una sociedad cristiana ya que, en círculos donde los valores suelen ser débiles, las sectas dedicadas al ocultismo suelen ir en aumento. En lo que respecta a la sana entretención, Cuarón ha puesto la vara alta para el inglés Mike Newell, quien será el responsable de dirigir la próxima versión de este cuento donde un gato negro o el simple hecho de pasar por debajo de una escalera pueden variar el destino.

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