1/27/2006

Viaje a las estrellas

El verano del 2004 tuve la oportunidad de conocer a los malabaristas, actores y artistas de la Caravana del Arco Iris, un movimiento ecológico que permaneció por más de una semana en Iquique en una travesía que partió de México. Hablé con su líder de quien me imaginaba el portavoz de los últimos pataleos de un idealismo exacerbado en sus intenciones. Qué equivocado estaba.
Alfredo Jocelyn-Holt criticando en televisión la mediocridad de la docencia en Chile. Hablaba de los modelos económicos en ciernes y la escasa participación de los focos universitarios chilenos en ese tipo de debates y propuestas. Tal vez los ecologistas aún tengan la oportunidad de saltar hacia la cancha de la política desde el idealismo de sus propuestas. Con la misma utopía, media pesimista, que plasmó en el celuloide la hija de Arthur Miller, Rebecca Miller.
La cinta aborda la vida entre el padre y su hija en una isla alejada de la civilización. A ella acuden sólo de forma provisoria cada vez que necesitan provisionarse de lo suficiente para vivir. Ellos cultivan, aserruchan, arman y construyen sobre las colinas en bellas imágenes donde los rayos del sol vienen a estrellarse en las aguas del río, que bien nos retrotraen a las quimeras voladeras de los hippies setenteros. El padre (Daniel Day Lewis) es el legado fiel de esos ideales abortados por la mayoría de sus compañeros ecologistas.
Los síntomas de una enfermedad terminal y el despertar sexual de la hija de 15 años (Camilla Belle) serán los detonantes de una serie de acontecimientos que borrarán, como en la borrasca de Macondo, todo lo creado. Primero, fue el experimento fallido de armar una nueva familia con una madre y dos hijos “postizos”. Luego, aparece el empresario que desea asentar en los alrededores de la comarca un conjunto habitacional que afectaría las napas de los acuíferos de toda el área. Y, finalmente, la aparición de un sutil enamoramiento incestuoso acallado con discreción por la muerte.
Un film que nos habla del ocaso de los ideales, extrayendo lo mejor de sí en el pasado. Un ayer que se muestra tan majestuoso como vulnerable. Alma de castor o pájaro carpintero fagocitados por la vida moderna del consumo y el trabajo. En su mensaje, Miller se topa con otra memorable película ambientada en Francia: “La vida soñada de los ángeles”.
En “La balada de Jack & Rose” los acordes finos del comienzo dan paso a tonos pasionales en el desenlace y algo más lúgubres casi al final, pero cuyo epílogo se decanta en un do sostenido como antesala de algo que aún está por saberse pero que, sin embargo, deja de manifiesto que las flores estarán ahí para seguir germinando ya sea en tierra yerta o en colchón almidonado de tiernas substancias.