7/01/2005

Desde las sombras

No sabía hasta qué punto la generación de los 70 estaba determinada por los seriales norteamericanas hasta que apareció en la cartelera nacional Batman Begins. Mis abuelos que crecieron leyendo la historieta creada por Joe Kane echarán de menos algo más de humor, mientras que mis contemporáneos extrañarán los puñetazos y volteretas que Adam West se encargó de difundir en toda una generación a partir de 1966.
Hasta la fecha han sido varias las realizaciones, directores y actores que dieron vida a este legendario héroe gótico y solitario que recién ahora devela la fuente de sus frustraciones. Si bien la película posee una estructura y una hilaridad que es la mejor de sus predecesoras, corre el riesgo de volverse tópico común comparada con las últimas entregas hollywoodenses del comic al utilizar el mismo matiz existencialista de Hulk, Gatúbela o El Hombre Araña.
Christian Bale (es el niño que aparece en El Imperio del Sol) es un adinerado empresario de Gotham que decide internarse en los fríos paisajes del Tibet para superar el trauma infantil que sufrió al caer a un foso lleno de murciélagos y, luego, al presenciar el asesinato a mansalva de sus padres en las afueras de una presentación teatral.
En las montañas recibe las instrucciones de los ninjas de la Liga de las Sombras, una secta extremista que busca la salvedad del hombre por medio de la venganza. Bruce Wayne emprende la larga tarea de superar sus temores y, de forma misteriosa, mantener intactas sus creencias en la justicia, cuestión que en el futuro lo llevarán a enfrentarse con sus mentores.
Después de siete años de ausencia, vuelve para retomar las riendas de su negocio así como luchar por la integridad de su amada (Katie Holmes) y de toda la población. Para lograr estos fines emplea destrezas naturales como la fuerza física y el camuflaje. La baticueva es una común caverna bajo la mansión en la que vive, así como el batimóvil parece más un tanque de última generación que el estilizado automóvil mostrado en las últimas realizaciones.
La primera hora retrata a Wayne con toda su fragilidad. Sólo a contar de la mitad de la película aparece el héroe como tal adquiriendo el ritmo común que aportan los malabares de circo, pero sustentada por un elenco de primer nivel personificando al bando justiciero Morgan Freeman, Gary Oldman y Michael Caine y por el lado contrario con Liam Neeson y Cillian Murphy.Destacable creación de Christopher Nolan (Memento), donde nuevamente trasgrede el curso temporal de los hechos para ahondar en la siquis del protagonista. Doble mérito si se trata de acoplar estos recursos a un personaje largamente manoseado.

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