5/26/2008

Amor sin sacarina

Ella es una chica ingenua y olvidadiza, hija de un adinerado ejecutivo de la construcción. Él es un arquitecto dedicado a labores menores de albañilería. Ella decide conquistarlo a como de lugar aunque deba enfrentar la negativa de su propio padre.
Hasta ahí, una historia romántica como muchas, salvo que está ambientada en Corea del Sur (el amor no conoce fronteras). Este exceso de romanticismo hacia la mitad del film conlleva todo esa carga emocional impregnada en esa novela corta llamada “Nada menos que todo un hombre” de Miguel de Unamuno, pero John H. Lee, el director de “A moment to remenber” tenía preparada otra dosis directa a la yugular para llorar a mares.
La joven descubre que padece del mal de Alzheimer y que pronto no recordará siquiera lo que hizo hace un minuto. Los sueños de la pareja de enamorados se desmoronan, aunque poseen todo el coraje para que la relación se mantenga a flote salvando los últimos jirones de la memoria averiada con papeles y fotografías, nombres y fechas desperdigados por toda la casa a fin de retener a punta de alfileres los mejores recuerdos.
Si hay quienes piensan que los orientales trabajólicos eran unos energúmenos fríos sin tiempo para cuestiones del corazón, se equivocan. Los relatos de Corin Tellado se quedan mudos ante esta avalancha de dramatismo en estado puro, un amor en la era de la globalización amparado con boleros cantados en español y un estilo de vida muy cercano al nuestro.
Si “Ghost” es el film romántico más visto en la historia del cine americano, “A momento to remember” está llamado a convertirse en una cinta de culto en la temática del drama pasional, sin quebrarse los sesos en los recovecos del alma enamorada. Sólo es la radiografía de una historia cautivante, que une elementos actuales, con un ritmo limpio en aras de ese viejo sentimiento que a veces ni los más jóvenes se dan el tiempo de prestar un poco de atención.
Por nombrar sólo un ejemplo: cuando en un estado de lucidez, la joven se percata del sufrimiento que ocasiona a su amado, lo abandona. Pasan los días sin saber de su paradero, pero una carta permite que el joven la encuentre recluida en un asilo; entonces prepara una visita al mismo local donde se conocieron, con la presencia de todos los personajes que rodearon a la pareja. Entonces ella mira a su alrededor, vuelve en sí, y pregunta si no está ya en el mismo cielo.

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