11/07/2007

Todo Oídos

Alguna vez la Mistral se tiró al suelo diciendo que en medio de tanta intelectualidad, siempre reflotaban en ella esas raíces medio salvajes que, aseguraba, la perseguían adonde fuera. Esa misma idea impregna el film “El latido de mi corazón” hasta el final. Vocación versus amor. Pasión por la música, versus pasión por los negocios. Gusto por la melodía tecno, versus los sones selectos.
Thomas es un joven francés que vive junto a su padre con quien trabaja en el negocio de la inmobiliaria. Su labor consiste en hacer la vida imposible a aquellos inquilinos duros de pagar la renta del mes. Mete ratones, golpea e, inclusive, incendia inmuebles con tal de sacar a los morosos clientes. En medio de esa odisea no deja de escuchar música tecno.
Hasta que se enamora de la esposa de su mejor amigo, como el último vestigio de esa vida insensata que lleva antes de volcar todo su ingenio para llegar a convertirse en un eximio pianista. Todo ocurre en el momento en que divisa a un antiguo profesor de música, amigo de su madre muerta, una practicante del piano con soltura. Contrata los servicios de una estudiante china, quien realiza una especialización en el viejo continente. Desde un comienzo el idioma se interpone entre maestra y alumno y este será uno de los pasajes ideales para que el director, Jacques Audriard, eleve a los altares el lenguaje universal de la música.
Excelente realización europea para quienes sienten la vida con sinsabor. Más de alguien querrá saber lo que ocurrió con esa pasión que amasó durante su juventud y que luego fue olvidando con los avatares de la vida cotidiana. Algo de ello hay también en la película inglesa “Billy Elliot”, cuando la pasión se abre camino por las espesuras más impenetrables.Pero no todo es sublimación para los sentidos refinados. Hacia el final se deja entrever que las pasiones violentas perdurarán en el protagonista, por mucha terapia musical que tenga. Será una lucha constante la suya, la de estar en los nimbos de la “alta” cultura y aquellas aristas básicas como el deseo de venganza y la lujuria. No se sabe qué pasó después con su amante, porque lo importante acá es destacar ideas fuerzas como las condiciones marginales en que viven los inmigrantes, la fuerza del espíritu de superación y el amor que a veces, sólo a veces, vienen tomados de la mano.

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