11/14/2007

Herencias inolvidables

Tal parece que las primeras escenas de “Herencia”, de la debutante directora argentina Paula Hernández, fueron tomadas del cuento chileno “El vaso de leche” de Manuel Rojas. Pero ese es sólo el comienzo para darnos cuenta de un film de exquisita sensibilidad pese a todo el contraste pesimista que hacen los medios de Buenos Aires.
Olinda es propietaria de un restorán bonaerense, en tiempos en que desea vender su propiedad para retornar a Italia. Sin embargo, las dudas persisten hasta que llega a su vida un joven inmigrante alemán en busca de comida y un techo donde dormir, después de haber sido víctima de un robo.
La relación de hosquedad caracterizada desde un comienzo por Olinda va cediendo al cariño casi maternal por este desconocido. ¿La razón?, pues Olinda empieza a reforzar la idea de irse de Argentina, al relacionar esos sueños casi olvidados que tenía con los ímpetus irrevocables que tiene el alemán de quedarse.
“Cuando se es joven nunca se pierde la esperanza de ser feliz”, dice ella, pero Peter no se engaña y le responde que la actitud acogedora de ella no sería la misma en Alemania ya que “si me robasen allá, nadie me ayudaría”. Claro está que el fenómeno de la inmigración no es algo nuevo, como tampoco lo es la solidaridad, la nostalgia y el deseo del eterno retorno como Ulises. En esta repetición de ideas fuerza, Hernández incorpora los cambios en los gustos que impone el mercado, en una escena clave cuando Olinda se atreve a ir a uno de estos “fast food”, señal que su negocio necesita un retoque de modernidad.
Una historia entrañable, aunque se deje de lado todo el flagelo de la emigración que vive nuestro vecino país. Una obra para saldar deudas con la nostalgia, el amor por lo propio y, por sobretodo, la demostración de afecto que conforman las identidades nacionales. Peter no siente ese apego por Argentina hasta que su vecina se atreve a llevarlo de la mano a recorrer esas callecitas multicolores ¿viste?, después de lo cual Peter dice “este es el primer día lindo para mí en Buenos Aires”.
Curioso que esta cinta sea re premiada sólo por la industria de cine independiente. Algo parecido ocurrió con “Whisky”, de los realizadores uruguayos Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll. Realmente el cine trasandino las lleva en sentimiento en medio de la sinrazón de los tiempos modernos.

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